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Interviews

Entrevistando a...Victor Bermúdez, director de la Revista Periplo.

La Revista Periplo es una publicación digital, bimestral de Humanidades, con diecinueve números publicados a la fecha. Nacida alrededor de un grupo de jóvenes, en Periplo “subyace el espíritu lingüísticamente panhispánico”, de quienes “comparten una lengua con la convicción de que, soñar y crear en español es en sí mismo un puerto de partida”. En la Revista Periplo colaboran jóvenes ensayistas, narradores, poetas, traductores e ilustradores de una amplia variedad cromosomática de voces de España y América Latina. Hemos hablado con Víctor Bermúdez, director de la Revista Periplo.

The Art Boulevard.– Hola Víctor y muchas gracias de nuevo por haber aceptado la entrevista. Primero, ¿podrías presentarnos la Revista Periplo? ¿Cómo empezó todo? ¿Por qué empezó todo? ¿Cómo se hizo realidad?

Víctor Bermúdez.– La idea de Periplo surgió en un tren, junto a Fernando Pittaro. Luego tardó seis meses en reunir una tropa y bautizarse y otros seis en parir su primer volumen, ya en febrero de 2010. Sinceramente no recuerdo bien por qué comenzó todo, creo que queríamos usar lo que escribíamos para cambiar el mundo, o al menos para ligar, y no sé qué era más probable. Quizás era esa la pequeña cuota de perversión que subyace en todo gran proyecto.

Lo cierto es que se fue haciendo realidad desde distintos puntos del planeta con cobertura Wi-fi, y se fundó como una propuesta con dos dimensiones esenciales: la escritura creativa y la ensayística. A esto se añadía una pluralidad de enfoques; queríamos poner en común diferentes disciplinas que abordaran las mismas interrogantes desde perspectivas distintas y lo que se nos ocurrió fue disfrazarlo todo de un viaje temático, cronológico y epistemológico. Nuestras secciones abarcaron ya en sus orígenes desde el ensayo histórico, biográfico o etimológico, hasta la entrevista, la traducción literaria contemporánea y la creación literaria actual, poniendo un ojo en el pasado y otro en el presente.

Mar Ample

TAB.– Estáis ubicados en Salamanca, México y Buenos Aires. ¿Cómo desarrollasteis tal red? ¿Cómo hacéis para trabajar a distancia y sacar la revista en conjunto? ¿Por qué canales difundís la revista Periplo?

V.B.– Decir que estamos ubicados en Salamanca es sólo una convención. Lo cierto es que de los quince miembros base del equipo –y los más de cincuenta ilustradores implicados– no hay más de cuatro o cinco viviendo en Salamanca. Es cierto que la gran mayoría pasó por Salamanca y es por eso que la ciudad dejó una huella en este proyecto que, siendo local, es eminentemente internacional. Nos gusta crear puentes con personas y entidades de otros países; dedicamos muchas horas a esa labor de gestión y difusión transversal; procuramos tener cierta presencia en varios lugares, hacer presentaciones y localizar artistas de toda España y América Latina, aunque también de Italia y Francia. Desde Mexicali (México) hasta Buenos Aires, pasando por Cuzco (Perú), Providence (Estados Unidos), Lisboa, Madrid o Marsella, la dispersión del equipo es un reto que de alguna forma singulariza nuestra propuesta. En Periplo no nos conocemos, o prácticamente no nos conocemos. Yo he tenido la ocasión de coincidir más con la mayoría de los miembros del equipo pero entre ellos sólo se conocen por voz, que –hemos descubierto– es una manera muy auténtica de conocer y trabajar con alguien, y funciona tanto entre nosotros como con nuestros colaboradores. De manera que todo se desarrolla en reuniones de Skype semanales en las que en México toman el café de la mañana, mientras en Buenos Aires están con el mate y en España con el té de las 20h. Nos gusta pensar que Skype es nuestro bar y Box es nuestra mesa de trabajo.

Esta manera de conocernos y trabajar de manera eminentemente virtual no es sólo una particularidad operativa sino algo que define nuestro concepto editorial de raíz: cada vez que tenemos la ocasión de hacer presentaciones de la revista, a mí me gusta iniciar con una frase de Octavio Paz que decía que “siempre que un grupo de jóvenes escritores se juntan, quieren modificar al mundo, quieren llegar al cielo, quieren defender el infierno, y lo único que se les ocurre es fundar una revista”. Y Periplo tiene algo de eso, de querer hacer confluir a creadores y pensadores que defienden lo indefendible y proponen rutas de creación o esquemas de pensamiento. Pero el hecho de no haber surgido de un grupo de amigos reunidos en bar discutiendo la vida y la literatura nos define por completo, nos hace sumamente plásticos y versátiles y nos diferencia de la gran mayoría de revistas de esta naturaleza que hay en España. Somos interdisciplinares y somos desconocidos, y esas dos condiciones nos determinan.

Anna Grimal

TAB.– ¿Cuáles son los pasos que seguís para publicar un número de Periplo?

V.B.– Estamos tan dispersos y pertenecemos a ámbitos tan variados que nuestro reto principal es buscar márgenes de cohesión dentro de la pluralidad. Por lo tanto, empezamos por proponer un tema vertebrador de cada número: enviamos a nuestros colaboradores interesados una convocatoria con la idea global que queremos desarrollar, añadimos a ella una serie de propuestas concretas potenciales y una bibliografía específica para cada una de las secciones. Sólo esto ya supone en nuestro equipo un trabajo previo de investigación para sondear distintas aproximaciones posibles a cada tema, pero siempre permitimos que nuestros colaboradores nos propongan enfoques que no estaban contemplados en nuestra convocatoria. Con esa información, ellos entran en contacto con un Redactor de cada sección que les interesa y nos envían un breve resumen de lo que quieren desarrollar; este Redactor les envía nuestro Manual de estilo y algunos lineamientos básicos de su sección, y ahí empieza una labor de escritura “hombro a hombro” que creemos que es también marca de la casa. Una descripción más detallada de nuestra dinámica de trabajo pueden encontrarlo en nuestra Ruta editorial.

TAB.– ¿Tenéis pensado sacar la Revista Periplo en papel? ¿Cuáles son vuestros objetivos para el 2013? ¿Cómo ves la revista Periplo dentro de 5 años?

V.B.– Periplo inicia ahora su cuarto año de andadura, de manera que proyectarnos a cinco años vista es todavía una osadía con pecado de hybris, pero sí tenemos algunos objetivos para el 2013. Tres, en concreto. El primero es incluir progresivamente a más escritores de ciencias exactas. Creemos que un abordaje estrictamente humanista no puede obviar la enorme riqueza de miras que proporcionan las llamadas ciencias puras. Localizar y coordinar con los científicos es casi tan complejo como con los artistas, pero ese es el siguiente paso que queremos dar. El segundo es consolidar a un equipo de músicos para nuestro podcast Audiotrayectos, en el que intentamos dar una dimensión sonora a los textos literarios publicados en la revista. Cada texto de las secciones de creación (Plumas libres, Microtrayectos, Papeles náufragos y Lenguas vivas) se graba oralmente y luego, con esa grabación, intentamos que un músico, un bajista por ejemplo, elabore una escala que acompañe el texto y extraiga su temperamento en una dimensión musical. Esto es un proceso que para nosotros es nuevo y fascinante. Trabajar con la subjetividad artística como si fuera una masa te pone en contacto con la inagotable elasticidad de la creación: en el texto, el diseño gráfico y ahora en la melodía, sobrevive la esencia de las intenciones artísticas, pero en el camino muta tantísimo que resulta un verdadero reto darle una cohesión global a todo el conjunto.

El tercer objetivo –en el que ya estamos trabajando pero aceptamos ayuda– es un prototipo de Periplo en epub, para que la revista se adhiera por completo a las tabletas y los teléfonos móviles. La idea es ofrecer un formato que reúna todos los contenidos que ahora mismo proyectamos en distintas plataformas especializadas (los vídeos de las entrevistas en Vimeo, las ilustraciones en Flickr, los podcast en Soundcloud, el Blog, etc.). Nos encantaría saber cuántos de nuestros lectores querrían realmente experimentar Periplo en ese formato. Y esto me lleva a responder tu pregunta sobre el papel: no nos obsesiona la celulosa, nuestro proyecto nació, creció y se sostiene en el ámbito digital, que es en el que navegan nuestras letras, pero también creemos que los soportes no están reñidos entre sí. Nos gustaría llegar a tener la oportunidad de ofrecer los formatos que potencien la revista en todas sus dimensiones; queremos alcanzar todos los soportes y defender lo indefendible, aunque eso incluya el papel. El objetivo es que Periplo se experimente tanto en el tren como en la playa o pedaleando bicicletas.

Germán Dotta

TAB.– ¿Qué necesitaríais para difundir más aún la Revista?

V.B.– Unir fuerzas. Crear circuitos más sólidos con otras iniciativas culturales y académicas y potenciar la creación y su flujo a ambos lados del Atlántico. Son los creadores los que dotan de sentido a estas plataformas mensajeras. El pasado junio 2012 tuvimos la oportunidad de exponer, en el Centro de Arte Contemporáneo de Salamanca DA2, una muestra de más de 150 ilustraciones de nuestros primeros catorce volúmenes. Nos encantaría repetir la operación y extrapolarla a otros espacios con la experiencia que ya hemos ganado; sería genial encontrar otra oportunidad para exhibir la galería de esfuerzos de nuestros artistas gráficos, que trabajan ad honorem como lo hacemos todos en Periplo.

TAB.– ¿Necesitáis colaboradores? ¿De qué tipo? Puedes presentarnos a algunos de los colaboradores de la Revista?

V.B.– Si escribe, ilustra o toca un instrumento, tenemos un remo para quien esté interesado. Naturalmente existen cribas, como en todo proyecto que es consciente de sí mismo, pero nuestros colaboradores saben que nos tomamos muy en serio su trabajo. Actualmente estamos particularmente atentos a escritores de teatro, ciencia, a traductores literarios, críticos de arte, filólogos y fotógrafos, pero también a ilustradores y músicos con ganas de formar parte de un proyecto complejo pero gratificante. Deben saber que hoy por hoy toda labor es ad honorem, pero a cambio bien difundida a ambos lados del charco.

Mar Ample

TAB.– ¿Qué hace que la revista Periplo sea diferente?

V.B.– Nada, no es esencialmente diferente a otras propuestas. Periplo defiende la palabra escrita, a la manera antigua y a la contemporánea. Luego dota a esas ideas y metáforas de imágenes que enriquecen las letras y llegan a otros rincones, y después de sonidos que potencian nuestra forma de percibirlas. Periplo considera que en ese trayecto se generan reflexiones válidas que nos ayudan a experimentar y comprender el mundo y la cultura con todos los sentidos. Quizá su voluntaria ingenuidad sea un rasgo que la diferencie, pero no debe confundirse nunca esa apariencia con un espíritu naïve sino con una forma a veces tímida pero contundente de pensar y recibir el mismo mundo que, si bien nunca logramos transformar, ahora percibimos diferente.

TAB.– ¿Qué consejos podrías dar a otras personas a las que les gustaría publicar una revista artística?

V.B.– Que toquen puertas. Y si ninguna se digna a abrir, que creen la suya propia. El compromiso principal de los artistas es con su propia obra, con su evolución. Sé que esto parece una obviedad pero no lo es tanto. Cuando trabajas modulando la creación artística y literaria ves a creadores humildes, que aceptan perspectivas y consejos, que aprenden con cada paso y se esfuerzan por hacerlo mejor en cada oportunidad, y también con artistas que tienen una profunda convicción en lo que hacen. Creo que ambas posturas pueden ser válidas y que hay espacios, plataformas, revistas y galerías para todo tipo de voces y que si no las encuentran, deben crearlas. Pero para mí es importante subrayar que todos los que creamos debemos saber que estamos inmersos en un proceso continuo en el que las certezas más sólidas pueden llegar a convertirse, en un descuido, en el peor virus de una obra. Pero esa es una opinión personal, claro está.

TAB.– Muchas gracias, Víctor, por tu tiempo.

V.B.– Muchas gracias a ustedes, por dejarnos anclar en su calle.

Podeis leer el último número de la Revista Periplo aquí mismo.

 

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